Me creía libre cuando protestaba,
resistía y pataleaba.
resistía y pataleaba.
Me creía libre cuando nadaba contra corriente,
decidiendo que hacer y que no hacer.
Ahora, viendo el mar,
comprendo que jamás fui libre sobre las olas,
ante su fuerza sólo tengo dos opciones,
resistirme o dejarme llevar.
Sólo soy libre cuando me sumerjo,
cuando paso por debajo de la corriente,
cuando no tengo que decidir y puedo simplemente fluir.
Chiquilla, qué bello, sugerente y lleno de calidez tu poema, totalmente de acuerdo, en esa libertad ilusa, pero somos nosotros quienes decidimos qué hacer con nuestras olas, sumerginos para auparnos de nuevo o dejarnos llevar a la orilla, gracias por hacerme soñar, luna
ResponderEliminarGracias Pruden por tus palabras y si cojo mi ola para sumergirme y que me aupe de nuevo¡ besos
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