Nacen como larvas semejantes a gusanos.
Las hojas de plantas y los tallos tiernos las alimentan
y crecen rápido.
En un momento de su desarrollo,
buscan un lugar resguardado y allí se transforman en crisálida
y en ese estado sufren grandes cambios metabólicos y morfológicos.
La mariposa adulta sale rompiendo el esqueleto externo de la crisálida.
La metamorfosis ha sido completa.
Vuela libre por fin después de arrastrarse por el mundo.
Así, como la mariposa, somos nosotras.
Así, como la mariposa, somos nosotras.
Algunas estamos todavía en esa metamorfosis que nos permita
ser la mejor versión de nosotras mismas.
Solo nosotras tenemos la fuerza para romper nuestra crisálida y volar.
Hermosa metáfora. lástima que tengamos tantos iedos para mostrarnos al mundo...
ResponderEliminarBesos
sobre tu comentario donde las imágenes si puedes coger todo lo que quieras esta para eso jajja
ResponderEliminarpreciosa metáfora la entrada de hoy buenas noches y dulces sueños
Gracias PLUVISCA y gracias HADAMA.. Besos
ResponderEliminarAdoro las mariposas, por obvias razones.
ResponderEliminarSaludos Lunita, buen inicio de semana!